Las colosales dimensiones y consecuencias prolongadas de una crisis económica, como la que está golpeando –cada vez más feroz– en El Salvador y en el mundo entero, no son cuestiones casuales, inexplicables o fuera de control…tales crisis, tienen su origen en la perversidad de pequeños grupos de gentes millonarias, quienes –desde ya varios siglos– con invasiones, genocidios y guerras imponen, institucionalizan y reproducen la sociedad capitalista, cuyo funcionamiento se basa en principios y prácticas que –por encima de todo– rigen la imparable producción de riquezas, sin importar ni la vida, ni la dignidad, ni la destrucción del género humano y del planeta que le alberga…
1. PRODUCCIÓN DESORDENADA. Producir hasta lo impensable, pero principalmente lo más rentable. Así, las grandes potencias capitalistas producen armas, insumos y maquinaria de guerra (aviones, portaviones, tanquetas, bombas de alto poder destructivo), pues aunque no haya guerras, esas mismas potencias, las provocan o inventan, para lograr que esa industria –cada vez más sofisticada y por ello más mortífera– sea imparable. Por si todo ello fuera poco, en el otro extremo de la producción, la sociedad capitalista demanda alimentos, específicamente granos básicos, aunque en esta oportunidad son destinados a la producción de biocombustibles…así lo anuncian las mismas potencias, en abierta alianza con países emergentes en la economía mundial.
2. “MÁXIMA GANANCIA AL MENOR COSTO POSIBLE”. El Capitalismo funciona, se desarrolla y
reproduce mediante la más extremada e impensable eliminación de costos de producción; aunque ello signifique: atentar contra naciones enteras de consumidores/as y usuarios/as, lanzar a la calle a multitudes enteras de gente trabajadora; sumergir en la más salvaje exclusión y condenar a la más dantesca hambruna a generaciones enteras de infantescas, a causa de la descontrolada sustitución de empleados/as por maquinaria con “tecnología de punta”…
3. NECESIDADES BÁSICAS, DESEOS INFINITOS. En el contexto de una producción desordenada –como norma de etiqueta– la sociedad capitalista, dirigida por la burguesía, no sólo amordaza las necesidades básicas de la humanidad, sino también ha logrado inventar, masificar y legitimar como indispensables, una infinita lista de deseos, aceptados y reproducidos, no sólo entre la gente explotadora, sino principalmente entre las masas de gente explotada y empobrecida, quienes pueden estar padeciendo desnutrición, desempleo y falta de vivienda, pero se endeudan por consumir “comida rápida”, darse sus “lujitos” y suspirar por residencias de telenovela o finos autos de último modelo.
4. EJÉRCITOS DE MANO DE OBRA BARATA. En tiempos “regulares” de salvaje explotación de la clase trabajadora, la clase explotadora con su Modo de Producción Capitalista, mantiene incontables reservas de personas en ejércitos de desempleo y el subempleo; quienes en tiempos de crisis, como los actuales, terminan siendo sepultadas en una paupérrima “vida” de indigencia letal, diseñada y fríamente ejecutada por el asesino sistema de libertades, que se resume en las fórmulas de “libre mercado” y “libre competencia”.
ENTONCES…¿QUÉ DEBE HACER
1- VIGILAR el acontecer mundial, regional y local, para CUESTIONAR la veracidad, motivación y desarrollo de los hechos, para no incurrir en ingenuidades, ni “tomar las fantasías como realidades”.
2- DISCUTIR el rumbo de los acontecimientos económicos, sociales, políticos y militares más próximos, para disponer de abundante y diversa información que permita ENTENDER las maniobras y VISUALIZAR los planes y propósitos de corto, mediano y largo plazo, que se controlan desde los “hilos invisibles del poder”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario